Revista Digital del Departamento de Ingeniería e Investigaciones
Tecnológicas de la Universidad Nacional de La Matanza ISSN:
2525-1333 | Vol. 7 - Nro. 1 - Art. 3 (Agosto - 2022)
Artículo
original
Hidrógeno verde: una oportunidad sustentable para el transporte
Green hydrogen: a sustainable transportation opportunity
Jorge E. Eterovic (1); Federico J. Alterini (2); Agustín J. Lohigorry (3); Gabriel E. Blanco (4)
(1)Universidad
Nacional de La Matanza
jeterovic@unlam.edu.ar
(2)Universidad
Nacional de La Matanza
fealterini@unlam.edu.ar
(3)Universidad
Nacional de La Matanza
alohigorry@unlam.edu.ar
(3)Universidad
Nacional de La Matanza
gblanco@unlam.edu.ar
Resumen:
La
descarbonización de la matriz energética es parte fundamental de la agenda
mundial ante la amenaza climática. Argentina delinea su ruta hacia un uso de la
energía más respetuoso con el medioambiente. El hidrógeno verde está llamado a
ser un actor fundamental en un futuro energético atento a la huella de carbono,
por sus capacidades para almacenar energía frente a la intermitencia de las
fuentes eólicas y solares, por su rol en una movilidad sustentable y también
por sus usos industriales. En particular, el transporte pesado y de larga
distancia asoma como un candidato natural para el hidrógeno.
Abstract:
The energy matrix
decarbonization is a fundamental part of the global agenda for the climate
threat. Argentina outlines its route towards a more environmental
friendly use of energy. Green hydrogen will be a main actor in the future of
energy, paying attention to carbon footprint, due its capacity to store energy
against the intermittence of wind and solar sources, its role in sustainable
mobility and also for its industrial uses.
Particularly, heavy and long-distance transport appears to be a natural
candidate for hydrogen.
Palabras Clave: Hidrógeno, Verde, Transporte,
Descarbonización
Key
Words: Hydrogen, Green, Transport, Decarbonization
I. CONTEXTO INTERNACIONAL
El mundo avanza hacía la descarbonización de su matriz energética como su
principal carta para enfrentar el cambio climático. Otros factores geopolíticos,
y de independencia energética, también juegan su rol. En este contexto el hidrógeno
verde, como vector de energías “limpias” y renovables, será esencial, y ya es
parte de las estrategias energéticas de los países, sin menoscabo de su
importancia como materia prima en diversos procesos industriales. La Argentina
asumió compromisos de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero
ante la comunidad internacional, y trabaja en su hoja de ruta para el
hidrógeno, no solo para cumplir con el objetivo ambiental en el ámbito local,
sino también por la oportunidad ante los mercados de exportación que se
perfilan. A nivel mundial en 2020 se consumieron cerca de 90 millones de
toneladas de hidrógeno, principalmente en procesos industriales y refinerías,
casi en su totalidad de origen fósil. El mercado del hidrógeno podría alcanzar
200 millones de toneladas en 2030, y para 2050 superar los 500 millones de
toneladas [1].
II. EL
HIDRÓGENO EN ARGENTINA
Existen diversos
procesos para la obtención comercial del hidrógeno, en la actualidad casi la
totalidad del producido en Argentina, y en el mundo, es a través del reformado
del gas natural con vapor de agua, cuya reacción libera hidrógeno, pero también
dióxido de carbono (C02). Así, se desarrollan mecanismos de
compensación, por ejemplo forestación, y sistemas para secuestrar, y almacenar,
las emisiones no deseadas, con el objeto de obtener un hidrógeno más amigable,
con el ambiente, en un mercado que denomina el hidrógeno azul. De este modo
podría pensarse a este último, que en Argentina se apuntalaría en las reservas
gasíferas de Vaca Muerta, como un vector de transición hacia un destino de cero
emisiones donde el hidrógeno verde está llamado a ser un actor disruptivo (game
changer). Sin dudas, el desarrollo del hidrógeno azul podrá acelerar infraestructuras,
y crear demanda, para cuando el verde encuentre condiciones de rentabilidad
para su masificación.
En números del
Consorcio H2ar, en Argentina, cada año se producen cerca de 400 kTon de
hidrógeno; hoy es posible producir hidrógeno azul con 90% de captura a 1,4 –
1,8 USD/kg considerando un costo del gas natural de entre 3 y 5 USD/Mbtu. El
hidrógeno verde podría igualar los costos del azul hacia 2030 en proyectos del
orden de 1GW aislado de la red eléctrica (off-grid). El costo hasta
podría duplicarse en escalas de 100 MW; sin embargo, un mayor grado de
interacción con la red eléctrica (on-grid), mejoraría el factor de
utilización al posibilitar la compra de energía verde a terceros y tendería a
igualar el costo. La utilización del hidrógeno azul, con 90% de captura de CO2,
significaría emisiones 66% menores a las de combustionar gas natural vs las
cero emisiones del hidrógeno verde [2].
La Universidad Nacional
de la Matanza (UNLaM), a través de su Departamento de Ingeniería e
Investigaciones Tecnológicas, comenzó a investigar el manejo y control del gas
de hidrógeno, hace más de dos años, en un proyecto centrado en la investigación
sobre controladores de gas para promover el uso, y generación, del hidrógeno a
nivel local, al que le valió la declaración de interés legislativo por parte de
la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires [3]. Continuando con el objetivo de
contribuir al desarrollo de la economía del hidrógeno, ahora se procura dar un
paso sustancial con la producción de hidrógeno verde con fines de investigación
en el predio de su campus universitario, sería la primera planta en territorio
bonaerense y una de las pocas a nivel nacional.
La comunidad educativa
y científica se verá, sin dudas, fuertemente beneficiada, se adquirirían
habilidades necesarias para una eficiente producción, y uso seguro del
hidrógeno, el proyecto contribuiría a la expansión, y mejora, de la oferta
educativa siendo un punto de apalancamiento para el futuro desarrollo local de
la tecnología, o parte de ella. Es un proyecto que trasciende el campo
académico, que busca encontrar su legitimidad social en la contribución al
medio ambiente, en su colaboración con el sector empresario, y al sector
público que, fundamentalmente, deberá jugar un rol relevante para que una
Argentina verde, y sustentable energéticamente sea posible.
A los normales desafíos
técnicos y de mercado, en Argentina, se suma un contexto de grandes
dificultades para acceder al financiamiento, a tasas competitivas, y el peso de
los sectores vinculados a la extracción de hidrocarburos, que motorizan el
desarrollo del hidrogeno azul como un “hijo” de las reservas gasíferas de Vaca
Muerta. Argentina posee las condiciones para producir hidrógeno verde en gran
escala, para exportación de energía y para las necesidades locales (Figura 1).
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En adelante, se
enfocará el análisis en los usos del hidrógeno como reemplazo de los
combustibles fósiles, y su alternativa frente a las baterías de litio, sin detrimento
de su utilidad para la descarbonización de procesos industriales en la
producción del acero, del cemento, de los fertilizantes, en la hidrogenación de
alimentos, y en aplicaciones de calefacción, entre otros.
III. EL HIDRÓGENO COMO
COMBUSTIBLE
Si bien es cierto que
Argentina puede, vía gas natural, fundamentalmente comprimido (GNC), reducir las
emisiones de su sistema de transporte [Figura 2], a precios competitivos frente
al diésel, no debería desaprovechar la oportunidad estratégica de avanzar hacia
la descarbonización, con el hidrógeno como vector, y alternativa vital para que
la industria argentina pueda desarrollar tecnologías, y cadenas de suministro.
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El hidrógeno para
motores, en aplicaciones de transporte, o usos estacionarios, como reemplazo de
combustibles fósiles, puede utilizarse de dos maneras. La primera, y más
desarrollada, es la de producir electricidad por medio de una pila de
combustible, para luego con ella alimentar un motor eléctrico, en este caso con
emisiones cero dado
que al combinarse con el oxígeno del aire solo genera energía y agua limpia. La
segunda, más incipiente en su desarrollo, consiste en su quemado directo en
motores de combustión interna. Si bien hay una fuerte mejora en cuanto a emisiones,
respecto a combustionar hidrocarburos, dado que no se genera CO2 ni
otras sustancias tóxicas como el dióxido de azufre, continúan presentes
emisiones de óxidos nitrosos (NOx). Para evitar estas últimas
emisiones, la industria avanza desarrollando sistemas postratamiento, que
permitan eliminarlas en su mayoría, y/o trabajando, sobre la admisión de los
motores con relaciones de aire muy superiores a la estequiométrica, a mayor
cantidad de oxígeno, menor generación de NOx [4], entre otras opciones. Es de
destacar, que también es posible trabajar con mezclas de combustibles donde el
hidrógeno sea una parte, logrando una contribución parcial al ambiente.
Entre los principales
desafíos para un desarrollo masivo de la demanda local del hidrógeno verde, se
identifican los siguientes puntos,
- El hidrógeno verde, hoy, no es
competitivo frente a los combustibles fósiles, ni frente al hidrógeno azul. Es
de esperar fuertes reducciones de costos en la generación renovable y en los
electrolizadores, por la utilización de materiales menos costosos,
particularmente en los de tecnología PEM, y también por la masificación y la
automatización de su producción. Hay una larga espera para quien quiera
adquirir hoy un electrolizador y la oferta debería reaccionar en ese sentido.
Un evento importante sería que el precio de otros energéticos menos limpios
internalicen los pasivos ambientales que generan.
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- Necesidad de infraestructuras
costosas. Aquí el desarrollo es presa de una realidad circular, ¿qué debe estar
primero?, ¿la infraestructura o el vehículo a hidrógeno? En la infraestructura
se ve claramente la necesidad de que el sector público articule políticas con
el sector privado.
-
Conversión
tecnológica del parque de transporte. Existen posibles puntos intermedios en la
transición energética hacia las cero emisiones, y en Argentina, como se comentara,
se apalancan en el potencial gasífero de Vaca Muerta, con un mayor uso del GNC,
y un fuerte desarrollo del hidrógeno azul. Este último es un creador de mercado
para el futuro de todos los hidrógenos.
En este contexto, desde
la UNLaM, se procuran realizar pruebas, y contribuir al desarrollo de
tecnologías que permitan la utilización del hidrógeno como combustible, en
motores estacionarios, y en el transporte pesado, donde resultaría más
competitivo frente a la locomoción a baterías, hoy de litio por autonomía,
tiempos de recarga, y una menor exigencia de espacio y peso para su
funcionamiento. A su vez, la combustión directa del hidrógeno en motores
térmicos podría cobrar relevancia, en países como la Argentina, frente a la
pila de combustible, a pesar de un rendimiento energético inferior al del ciclo
Otto (27% promedio) [5], vs pila combustible, del 57% [6], por las mayores dificultades para
acceder a la tecnología y al crédito.
Caben destacar ciertas
particularidades en relación a la locomoción pesada,
1)
Transporte
pesado de pasajeros
Como se anticipara, el
hidrógeno es ventajoso en la movilidad con largo alcance, y cargas pesadas, ya
que el hidrógeno gaseoso se almacena a una presión de 350 bar (vs los 700 bar
de un vehículo liviano) [7], mientras que el vehículo a celda
de combustible (FCEV) es una subcategoría del vehículo eléctrico. En los
vehículos eléctricos, la energía generada por la celda de combustible alimenta
el motor eléctrico, auxiliado por una batería de mucha menor capacidad que la
requerida por un vehículo 100% a baterías. Por otro lado, los motores que
combustionan directamente el hidrógeno, se fabrican sobre la base de los de
combustión interna convencionales. Para los fabricantes, es una tecnología ya
conocida, en el diseño y la producción, de vehículos. Asimismo, es una
tecnología familiar para las flotas, tanto para la operación, y el
mantenimiento, como para la resolución de problemas y servicio.
Tabla 1. Comparación operativa camiones. |
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2)
Transporte
por camión
Los camiones son otra
categoría de vehículos donde la tecnología eléctrica de la batería puede que no
sea la mejor solución de descarbonización. Las desventajas de la tecnología a
batería se encuentran nuevamente en la autonomía medida en kilómetros, y en los
tiempos de carga, pero es relevante la fuerte pérdida de espacio, y peso,
disponible para la carga. En el transporte de larga distancia, los conductores
tendrían que detenerse un largo tiempo para su recarga. Los camiones de
hidrógeno, en cambio, tienen un rango de tiempo para el reabastecimiento de
combustible comparable al diésel, y al gas natural.
3)
Locomoción
Ferroviaria
El uso del hidrógeno en
el transporte ferroviario supone una alternativa sin emisiones de efecto
invernadero, u otros contaminantes, para líneas no electrificadas donde ahora
circulan trenes diésel eléctricos. Es una opción que cobra fuerza ante los
altos costos de electrificar ramales, sobre todo cuando se encuentran alejados
de los tendidos eléctricos troncales. En trenes de pasajeros movilizados por
celda de combustible, hoy se alcanzan autonomías de 1.000 km, frente a los
cerca de 100 km en el caso de que fuera alimentado solo por baterías [8]. En el caso de funcionar a celda
de combustibles, se necesitarían cerca de 40 kg de hidrógeno para recorrer 100
km [9]. También es posible pensar en
alimentar con hidrógeno a las actuales locomotoras diésel eléctricas, que
funcionan en Argentina y en el mundo, quemándolo en los motores a combustión
interna para generar electricidad en unos alternadores, que luego de
rectificarla movilizaría a los motores eléctricos de tracción, al igual que en
FCEV hay unas baterías auxiliares para cubrir los picos de potencia.
A modo de referencia,
las últimas locomotoras diésel eléctricas adquiridas por Trenes Argentinos para
el Belgrano Cargas a la compañía China Railway Construction Corporation (CRCC).
en el año 2017, tienen una potencia de 3000 HP y 2200 kW, duplicando a las que
reemplazaron, su velocidad final es de 80 km/h. Por su parte el tren a
hidrógeno para pasajeros de Siemens, Mireo Plus H, tiene una potencia de 1700 kW
y una velocidad máxima de 160 km/h, hoy en pruebas y con servicio regular programado
en Alemania para 2024.
4)
Transporte
por vías navegables
La experiencia mundial
en el rubro es aún más incipiente, el hidrógeno con fines de propulsión no ha
tenido un desarrollo fuerte. La Hidrovía Paraguay-Paraná puede ser un
interesante laboratorio para el desarrollo de la tecnología. Hoy circulan por
ella unos 300 remolcadores de empuje, y 50 buques autopropulsados. Los
remolcadores de empuje tienen potencias de 4.000 a 6.000 HP, y la mayoría
consumen gas oil, u otros IFO (Intermediate Fuel Oil) indistintamente
[10]. El hidrógeno, por sus virtudes
para el ambiente, puede jugar un rol clave en competencia con otros
combustibles líquidos, o gaseosos, de origen fósil o renovable, como el
biodiésel. Su inclusión en la matriz de combustibles colaboraría en disminuir
la huella de carbono de las exportaciones, un valor agregado para un mundo que
tiende cada vez más a penalizar el impacto ambiental de las actividades
económicas.
IV.
CONSIDERACIONES FINALES
Es posible que se esté
en la puerta de entrada de una nueva era, donde el hidrógeno será una de las
soluciones más prometedoras para reducir emisiones a nivel global. Pero nada de
eso será realidad sin condiciones de costo, e inversiones competitivas per
se, o por beneficios fiscales y ambientales.
Al determinar el precio
de venta del hidrógeno, por su equivalente en rendimiento por km recorrido,
respecto a un motor térmico a diésel, hoy se obtendría un valor de venta cercano
a los 4 USD/kg en EEUU, muy a inferior al que actualmente es posible conseguir
en las estaciones de servicio de países desarrollados que recorren la
transición. En números del Departamento de Energía de Estados Unidos, hoy es
factible producir hidrógeno verde, en el país del norte, a un costo de 5
USD/kg, y de cumplirse el objetivo para 2030, ese valor se reduciría hasta 1
USD/kg (Hydrogen Shot Summit- 2021). Una mejora importante podría
esperarse, entonces, en el precio en surtidor, y volver competitivo al
hidrógeno verde para el usuario final en términos de gasto de combustible
[Tabla 2]. También será necesaria una caída del precio de los vehículos. En EE.UU.,
se estima, por ejemplo, que hacia 2025, un camión de carga de 23 toneladas a
celda de hidrógeno quintuplicará en precio de venta a su equivalente a diésel [9]. Beneficios al consumo de energías
limpias, o penalidades al consumo de combustibles fósiles, podrán ser parte del
menú para una solución que le permita competir al hidrógeno frente al
combustible fósil.
V. REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA
[1]
International Energy Agency. Global Hydrogen Review 2021, páginas 5 y
19.
[2]
Consorcio
H2ar. Resumen de Resultados 2021.
[3]
Universidad
Nacional de la Matanza.
ReDDi, Análisis comparativo de sensores para flujo de hidrógeno.2022.
[4]
Cummins
– Sala de Prensa. ¿Cómo
funcionan los motores de hidrógeno? 26 de enero de 2022.
https://www.cummins.com/es/news/2022/01/26/how-do-hydrogen-engines-work
[5]
Departamento
de Física Aplicada III.
Universidad de Sevilla. Ciclo Otto. (GIE). 2015.
[6]
Ballard.
Especificaciones de celda de combustible para vehículos heavy duty (Ballard
FCmove HD+, Septiembre 2021), pág. 2.
[7]
Fundación
Naturgy. Hidrógeno:
Vector energético de una economía descarbonizada, página 267.
[8] Stanford
University. Decarbonizing Heavy-Duty Transportation (Agosto,
2021), pág. 25.
[9]
Instituto
Argentino de Ferrocarriles y Asociación Argentina de Hidrógeno. Hacia un prototipo de Tren
Argentino Eléctrico a Hidrógeno.
[10]
Banco
Interamericano de Desarrollo.
Análisis de sustitución de combustibles del sistema de transporte fluvial de la
Hidrovía Paraguay - Paraná.
Recibido:
2022-07-15
Aprobado:
2022-08-01
Hipervínculo Permanente: https://doi.org/10.54789/reddi.7.1.3
Datos de edición: Vol. 7
- Nro. 1 - Art. 3
Fecha de edición:
2022-08-10